I.S.F.D-Nº 153- LOBOS SALGADO YESICA
RELACIONES INTERNACIONALES: “LA CUESTION SOBRE LA SOBERANIA DE LAS ISLAS MALVINAS”
En el informe de esta pagina web, costa lo siguiente: “Gran Bretaña avanza en el Atlántico Sur con el apoyo de la Unión Europea”
Y define a Malvinas en la cuestión como “trinchera anticolonialista”
La Unión Europea firmó en diciembre de 2007 en Lisboa un Tratado, en cuyo texto figuran como Territorios de Ultramar las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y el Sector Antártico Argentino. Ese tratado ratifica otros que adjudican la soberanía de nuestros territorios al Reino Unido de Gran Bretaña y que será la base jurídica para elaborar el texto final de la llamada Constitución de la Unión Europea. Esto transforma la disputa que sostiene la Argentina con Gran Bretaña, en un diferendo en el que deberemos enfrentar el apoyo político de la Unión Europea en favor de la potencia ocupante de nuestros territorios.
En octubre de 2007, el Reino Unido anunció que pretende extender al límite de las 350 millas la plataforma continental en torno a las Islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur y la Antártida; lo que implica una superficie adicional estimada en tres millones de km².
Se trata de áreas con una gran riqueza biológica y mineral, con nódulos polimetálicos de materiales estratégicos, con reservas petroleras y de agua (en Antártida).
El Reino Unido basa esta ilegítima pretensión en considerarse “Estado ribereño” y anunció que hará su presentación en la Comisión de Límites de las Naciones Unidas, organismo que aprueba los reclamos de extensión de la soberanía sobre la plataforma continental hasta las 350 millas, es decir, 648,2 Km) (1).
.- Causa justa, guerra justa, derecho inclaudicable.
El análisis de la cuestión Malvinas debe considerar los siguientes elementos:
1º) La causa de Malvinas es una causa justa. Se trata del reclamo argentino por una parte de su territorio ocupado por una potencia imperialista, Inglaterra.
En la Resolución 1514 del año 1960 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que establecía las bases para orientar el proceso de descolonización en el mundo, se incluyó la situación de las Islas Malvinas. Es decir, la lucha por nuestra soberanía en Malvinas es parte de la lucha contra el colonialismo.
Esa Resolución estableció la necesidad de eliminar las situaciones coloniales, los derechos de todos los pueblos a la libre determinación, el mantenimiento de la unidad nacional y la integridad territorial de los países y por ella se pidió a los países que tenían colonias que dijeran cuáles eran las que estaban en condiciones de ajustarse a ella. Los británicos hicieron cuarenta y tres propuestas y entre ellas incluyeron a las Malvinas. Fueron los británicos quienes introdujeron a Malvinas en la Resolución, aceptando la situación colonial.
Para entender esto se debe tener en cuenta que en los años siguientes al fin de la Segunda Guerra Mundial habían irrumpido en la ONU los países del mundo oprimido recientemente independizados como resultado de una enorme lucha anticolonialista de sus pueblos y aquellos en los que había triunfado el socialismo, como China y los del Este de Europa. Inglaterra tenía que ajustarse, en sus colonias, a esta nueva correlación de fuerzas mundial. Para eso empezó a trabajar el plan de la autodeterminación de sus colonias, como una forma de que algo cambie para que no cambie nada. De allí la propuesta de los ingleses de fabricar un “estado asociado” a la Comunidad Británica; un Estado supuestamente “independiente” que enmascare la situación de colonia. Todo reconocimiento a los derechos de los Kelpers favorece ese proyecto.
En 1965 la Resolución 2065 de la ONU insta a las dos partes, Inglaterra y Argentina, a negociar. No menciona a los kelpers. Reconoce que hay sólo dos partes. Los ingleses siempre tratan de incluir a los kelpers para decir que hay que reconocer el deseo de estos de pertenecer al Reino Unido o declararse independientes dentro de la Comunidad Británica de Naciones. Entonces, la posibilidad de la cooperación económica en Malvinas sólo sirve a los ingleses, porque tiene como objetivo dar viabilidad económica a una colonia que les cuesta caro, que es su interés.
En 1967 (tratando de manipular la Resolución 1514 de 1960) y como muestra de lo descripto, los ingleses intentaron hacer en Gibraltar un referéndum para que la población de esa colonia dijera si quería seguir siendo británica o declararse independiente. Este intento fue bloqueado en la ONU, y los españoles se opusieron firmemente.
La ONU rechazó el acto inglés en Gibraltar por considerar que la población del Peñón no era originaria del lugar. Es decir quedaron delineadas dos situaciones:
a) la de los países sometidos a la situación de colonias con derecho a la autodeterminación y b) la de los países a los cuales se les cercenó una parte de su territorio, y se lo convirtió en colonia, caso en el cual lo preponderante es la restitución de la integridad nacional. Esta resolución es muy importante porque la similitud del caso Gibraltar con el de las Malvinas es clara. (2) (3)
Es inclaudicable, en fin, porque si el Imperialismo inglés afirma su posesión, no se contentará con ello. Demandará más como se demuestra con la exigencia de derechos sobre las 350 millas por parte de Inglaterra que pasa a considerarse “Estado Ribereño”. Reconocer ese Status, significa lisa y llanamente, aceptar pasivamente que Argentina limita con Inglaterra, con las consecuencias previsibles de tener un vecino que ha demostrado en la historia una singular voracidad imperialista.
II.- Las Malvinas y la Constitución de la Unión Europea.
En el Tratado de Lisboa, firmado por los integrantes de la Unión Europea, figuran como Territorios de Ultramar las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur y el Sector Antártico Argentino. Este Tratado ratifica otros anteriores que adjudican la soberanía de Territorios legítimamente argentinos al Reino Unido de Gran Bretaña y será la base jurídica sobre la que se elaborará el texto final de la llamada Constitución de la Unión Europea. Esta circunstancia no debe ser pasada por alto ya que transforma la disputa que sostiene la Argentina con Gran Bretaña, en un diferendo en el que deberemos enfrentar el apoyo político de la Unión Europea, en favor del imperialismo inglés.
En el proyecto de Constitución de la Unión Europea dice en su Título IV:
“La asociación de los países y territorios de ultramar”, artículo III-286: 1) Los países y territorios no europeos que mantienen relaciones especiales con Dinamarca, Francia, los Países Bajos y el Reino Unido están asociados a la Unión. Dichos países y territorios, denominados en lo sucesivo países y territorios, se enumeran en el anexo II (...) 2) La finalidad de la asociación será promover el desarrollo económico y social de los países y territorios y establecer estrechas relaciones económicas entre éstos y la Unión. La asociación deberá, de manera prioritaria, contribuir a favorecer los intereses de los habitantes de dichos países y territorios y su prosperidad de modo que puedan alcanzar el desarrollo económico, social y cultural al que aspiran.
Países y territorios de ultramar a los que se aplicarán las disposiciones del Título IV de la parte III de la Constitución: Groenlandia, Nueva Caledonia y sus dependencias, Polinesia francesa, Tierras australes y antárticas franceses, Islas Wallis y Futuna, Mayotte, San Pedro y Miquelón, Aruba, Antillas neerlandesas, Bonaire, Curaçao, Saba, San Eustaquio, San Martín, Anguila, Islas Caimán, Islas Malvinas, Georgias del Sur e islas Sándwich del Sur, Montserrat, Pitcaim, Santa Elena y sus dependencias, Territorio Antártico británico, Territorios británicos del Océano Índico, Islas Turcas y Caicos, Islas Vírgenes británicas, Bermudas.”
Colonialismo significa el sometimiento político de países o parte de ellos (como en el caso de Malvinas e Islas del Atlántico Sur) por una potencia colonialista (5). La política colonial existía antes de la fase imperialista del capitalismo y aún antes del capitalismo. Pero esta política se incrementó y tomó características esencialmente diferentes en la etapa del capitalismo financiero, dijo Lenin. (6)
El Reino Unido de Gran Bretaña, en el Siglo XVII, lanzó una campaña colonialista que le permitió conformar un vasto Imperio. La ocupación colonial de nuestras Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur fueron expresiones de esa política. La profundización de esa política colonialista desde fines del siglo XIX hasta actualidad, frenada sólo por la lucha de pueblos, países y naciones oprimidas, es parte del imperialismo en su definición leninista, caracterizado como época de los monopolios, la oligarquía, la tendencia a la dominación y no a la libertad, la explotación de naciones pequeñas o débiles por un puñado de naciones más ricas o fuertes (6).
No son extrañas entonces estas nuevas pretensiones europeas que significan un respaldo de la Unión Europea al imperialismo inglés en el caso concreto de la ocupación ilegal de nuestros territorios.
Cuando Rafael Bielsa era Ministro de Relaciones Exteriores del gobierno de Kirchner, una delegación de representantes de varias instituciones hicieron una presentación en ese ministerio para reclamar por la inacción del gobierno ante la inclusión de las Malvinas e islas del Atlántico Sur como territorios de ultramar de la Unión Europea en la constitución que se discutía en Europa. El entonces ministro, respondió que el gobierno no pensaba ir a la guerra por eso. Se le contestó que no se reclamaba ir a la guerra. Se pedían medidas de represalia diplomática en respuesta: la denuncia de los tratados de Londres y Madrid y la anulación de todo tratado o convenio que declarara a Inglaterra como nación más favorecida. Bielsa contestó que eso era abandonar la previsibilidad que era la base del éxito económico del gobierno.
Posteriormente, en una más reciente entrevista sobre el mismo tema en el mismo ministerio, los funcionarios contestaron que Argentina estaba a cubierto con una larga lista de presentaciones efectuadas desde 1972. Se insistió que no bastaba con eso. Que la gravedad del tema, que implicaba el reconocimiento como colonias de territorios argentinos, junto con los reclamos de soberanía marítima ilegítima por parte de los ingleses y su proyección antártica, significaba la perdida de más de 3 millones de Km2 de territorio marítimo y antártico y sus riquezas. Que no bastaba con tibias presentaciones formales. Que se exigía una férrea respuesta denunciando los tratados de Londres y Madrid y no dar ninguna seguridad para quienes osaran explotar nuestros territorios, con las sanciones políticas y económicas correspondientes a nuestro alcance, entre otras medidas.
Esto exige poner el tema como prioritario en la agenda gubernamental. Pero la Presidenta actual, en su primera visita a Europa, no lo hizo así. Lo que demuestra que para ella es un hecho menor, coincidiendo con lo que se manifestara en las dos reuniones en el ministerio mencionado.
Esa es la política oficial. Su política de Estado. Una política de buena letra con las potencias, de congraciarse con ellas. De ser previsibles. Y esa previsibilidad va a significar muchas muertes argentinas por causas previsibles y evitables.
Es la política de una burguesía intermediaria cuyos intereses están en la alianza con distintas potencias imperialistas, es la política de una oligarquía terrateniente prostituta histórica de distintos imperialismos. Es, en fin, la política de las potencias imperialistas que disputan por nuestra dominación. No es la política de un verdadero proyecto patriótico y democrático.
Este gobierno, en sus dos turnos, como buen amigo de las petroleras, quiere evitar todo conflicto, toda inestabilidad en el Atlántico Sur para que se puedan esquilmar nuestras riquezas con la tranquilidad que requieren los jugosos negocios.
En suma: ¿Qué nos quieren decir?. Que hay un Mundo de países iguales y confiables con los que hay que ser creíbles, confiables, previsibles. Que es insensato rebelarse.
Sin embargo en este mundo, un puñado de países imperialistas (el “Grupo de los 9”, integrado por las mayores potencias) oprime a pueblos, países y naciones de los cuales somos parte. Y con la crisis financiera internacional que estalló en EE.UU., el empantanamiento del imperialismo anglo-yanqui en las guerras en Irak y Afganistán, y la creciente disputa entre potencias imperialistas y, por sobre todo, con la cada vez mayor lucha de los pueblos por su liberación, de los países por su independencia y de las naciones por su emancipación se crean condiciones favorables para enfrentar estas recientes manifestaciones colonialistas.
Por lo tanto es posible lo necesario. Y lo necesario es una enérgica política de rechazo de esta nueva manifestación de colonialismo, con las acciones a nuestro alcance.
III.- La Plataforma Continental.
De acuerdo a la III Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar se reconoce a los Estados Ribereños, derechos de soberanía hasta las 200 millas medidas desde las denominadas líneas de base (comprendiendo 12 millas de mar territorial, 12 millas de zona contigua, y 176 millas de Zona Económica Exclusiva) pudiendo extender dicha zona a la denominada plataforma continental. La plataforma continental de un Estado ribereño comprende el lecho y el subsuelo de las áreas submarinas que se extienden más allá de su mar territorial y a todo lo largo de la prolongación natural de su territorio hasta el borde exterior del margen continental hasta un máximo de 350 millas, o bien hasta una distancia de 200 millas marinas en los casos en que el borde exterior del margen continental no llegue a esa distancia (7) (8). En nuestro caso, la plataforma se hunde suavemente, de manera que en lo fundamental, su límite es el de las 350 millas. Para todos los casos mencionados de límites marítimos o de la plataforma, el punto de partida no es toda la costa, sino las llamadas “líneas de base”, que se trazan, en los casos de golfos o bahías, entre los dos puntos más salientes de esos accidentes geográficos.
Los puntos que constituyen la línea del límite exterior de la plataforma continental en el lecho del mar, deben estar situados a una distancia que no exceda las 350 millas marinas contadas desde las líneas de base o de 100 millas marinas contadas desde la línea que une profundidades de 2.500 metros (Ver Cuadro Nº 1).
Para reclamar soberanía es necesario efectuar relevamientos y estudios técnicos, para establecer los límites; relevamientos que deben presentarse antes de mayo de 2009. No se sabe que proporción de estos estudios han sido realizados y si llegarán a presentarse en tiempo y forma. Si esto no se hiciere las lesiones a nuestra soberanía serán graves ya que, como es sabido, la República Argentina cuenta con un extenso espacio marítimo con derechos propios de soberanía.
Silenzi de Stagni transcribió en su libro “El nuevo derecho del mar: Controversias entre las potencias navales y el tercer mundo” los dichos de Lee Matcalf, senador por el Estado de Montana en EEUU, en la Sesión de la Cámara de Senadores de ese país del 10 de marzo de 1971: “El Derecho Internacional del Mar fue creado y se ha perpetuado para promover los intereses de aquellas naciones lo suficientemente poderosas como para gravitar en su elaboración”. Es bueno no perder de vista esto. Pero aún en esas circunstancias ese mismo derecho, que no ha sido hecho para países oprimidos como el nuestro, da la razón a los reclamos argentinos.
Nos permitimos transcribir una declaración de Mesa de trabajo por la soberanía en Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur, Antártida, y por el relevamiento efectivo de nuestras 350 millas:
“En 1982, la Argentina, en ejercicio pleno de su soberanía, puso fin a la usurpación británica iniciada en enero de 1833 y recuperó el dominio soberano sobre las Islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur las que, tras la derrota en el conflicto bélico, iniciaron un nuevo ciclo de usurpación el 14 de junio del mismo año. En 1991, el Reino Unido usurpó 438.000 km². de la plataforma continental hasta las 200 millas de las Islas Malvinas y en 1993 usurpó otro 1.200.000 de km². de la plataforma continental en torno a las 200 millas de las Islas Georgias y Sándwich del Sur.
“En octubre de 2007, el Reino Unido anunció que pretende extender al límite de las 350 millas la plataforma continental en torno a las Islas Malvinas, Georgias y Sándwich del Sur y la Antártida; lo que implica una superficie adicional estimada en 3,0 millones de km². El Reino Unido basa esta nueva e ilegítima pretensión en considerarse “Estado ribereño” y anunció que hará su presentación en la Comisión de Límites de las Naciones Unidas, organismo que aprueba los reclamos de extensión de la soberanía sobre la plataforma continental hasta las 350 millas (648,2 km.). El Reino Unido de Gran Bretaña no es un Estado ribereño sino que es una potencia imperialista (extra-continental), que ocupa ilegítimamente territorios de indudable soberanía Argentina.
“En todos los territorios y mares usurpados, el Reino Unido de Gran Bretaña arrogándose ilegítimamente derechos como si poseyera plena soberanía, está concediendo permisos de pesca y concesiones de exploración y explotación petroleras.
“La Argentina aún no ha presentado su estudio de límites ante la ONU. Hasta hoy se desconoce el total de kilómetros relevados y la sistematización de los datos. La presentación de dicho relevamiento ante dicha Comisión, vence en mayo de 2009 y sus resoluciones son inapelables. La no presentación de dicho relevamiento implicaría la pérdida de nuestro derecho a las 350 millas de manera indefectible. La presentación tardía o incompleta o posterior a la británica privaría al país de la iniciativa y lesionaría, debilitaría o disminuiría los intereses del país.”
Esta declaración firmada por un importante número de personalidades patrióticas agrega posteriormente:
“Pese a esta grave situación por la que el Reino Unido de Gran Bretaña compromete seriamente nuestra integridad territorial, y sus recursos naturales, continúan vigentes los Acuerdos de Madrid firmados en 1989 y 1990 (paraguas de soberanía y control de policía sobre nuestras Fuerzas Armadas), el Tratado de Londres de 1990 (garantía de las inversiones británicas), y los acuerdos económicos de 1995 y 1998, firmados durante el gobierno del Dr. Menem” (1).
Efectivamente, se trata de un nuevo intento colonialista que hace peligrar nuestra soberanía sobre millones de kilómetros cuadrados. Pero, junto a pretensiones que lesionan nuestros derechos, hay un hecho muy grave: el intento inglés de hacerse pasar por estado ribereño, condición previa para reclamar derechos sobre el mar adyacente. Esto también exige una respuesta inmediata y enérgica.
Se presentan entonces dos cuestiones: a) la pretensión inglesa de ser “Estado Ribereño, b) como consecuencia de lo anterior, su reclamo de soberanía marítima en nuestra plataforma. Por ende se deben rechazar de inmediato esas dos pretensiones.
Expertos en derecho internacional afirman que el no rechazar oportunamente una pretensión crea un derecho en el otro. Algo así como “el que calla otorga”. Ese derecho se denomina “estoppel”. Algunas citas al respecto dicen:
“...Las acciones o el silencio que susciten la alegación del ‘estoppel’, se instalan con una eficacia y amplitud aplicable a toda situación jurídica.”.“...deviniendo expirado un derecho, un título, un motivo de alegación, cuando su defensa no se produce si es llamado a hacerlo.” “...cancelado todo valor de sus alegaciones por razón del silencio, cuando de haber existido una base de derecho, era preciso agitar su contenido y contestar adecuadamente.”
“... son numerosas las ocasiones en que aparece la certidumbre de que por sola virtud del ‘estoppel’ cabe discernir a qué Estado corresponden ciertos derechos decisivos; igualmente, y por ende, es deber de los Estados salvaguardar sus títulos y argumentos protegiéndolos de toda contingencia que pueda proporcionar a su contraparte la posibilidad de oponerle, a su vez, el ‘estoppel’.”
“...Si en la especie, un Estado consintiera sin respuesta adecuada, actos que, rozando su soberanía territorial, pusieran en entredicho su derecho a defender proporcionalmente sus títulos y su población afectados, se haría pasible de gravosas consecuencias inherentes al ‘estoppel’” (9).
Como surge de estas transcripciones es imprescindible el rechazo inmediato del intento británico. Por eso es justa una reciente declaración del Foro Patriótico y Popular que reclama: “el rechazo argentino de tal calidad (de estado ribereño), cualquiera fuere, para que, entre otras cosas, de así hacerlo, no le pueda ser opuesto a la República Argentina el principio del `estoppel´ por omisión calificada, en ninguna instancia jurídica o ante ningún estrado internacional” (10).
Debe rechazarse el reclamo de inglés de soberanía marítima, inaceptable al no ser estado ribereño y, sobre todo, siendo un usurpador por la fuerza, de nuestro territorio. Y, simultáneamente efectuar el propio relevamiento y los estudios técnicos correspondientes. Desde ya, allí donde la ocupación inglesa impida dichos estudios técnicos, efectuar las denuncias correspondientes.
La nueva pretensión británica demuestra una vez más lo afirmado precedentemente. La recuperación de nuestros territorios ocupados es imprescindible porque la voracidad británica es insaciable.
La admisión de parte de la Comisión de Límites de las Naciones Unidas de la presentación británica reclamando soberanía sobre las 350 millas de las Malvinas y la Antártida, significará para el usurpador un enorme triunfo político. Tendrá en su haber el reconocimiento de que es país ribereño y verá facilitado sus deseos de transformar el conflicto alrededor de nuestros territorios y mares en un diferendo de límites entre dos Estados ribereños. Con Gran Bretaña no tenemos un diferendo pacífico: sino de una usurpación de nuestros territorios mediante una fuerza militar de más de 4.000 hombres armados hasta los dientes.
IV.- Conciliaciones, lentitudes e inacciones.
El gobierno argentino se ha negado sistemáticamente a llevar a la votación de la Asamblea General de las Naciones Unidas la cuestión de nuestros derechos en Malvinas, demás archipiélagos australes y mares adyacentes, lo que se hizo hasta 1989 exitosamente. El menemismo retiró ese reclamo como muestra de “arrepentimiento” por la osadía argentina de recuperar de manos del imperialismo una porción de su suelo patrio.
Sigue vigente el Tratado de Londres, de garantía a las inversiones británicas; se paga religiosamente la deuda externa ilegítima, usuraria y fraudulenta al imperialismo inglés, ayudándolo a financiar su ocupación militar colonialista. Se le otorgó a Panamerican la principal reserva estratégica de nuestro petróleo, Cerro Dragón, hasta 2047, garantizándole una concesión hasta el agotamiento. Panamerican es una sociedad que pertenece un 60% a la empresa inglesa British Petroleum y 40% a la rusa Bridas.
Las concesiones mineras a los grupos británicos o de la Commonwealth depredan nuestras riquezas y envenenan nuestros suelos y aguas.
El Gobierno del Dr. Kirchner resucitó un acuerdo sobre prospección para el desminado de las Islas Malvinas firmado por el gobierno de De La Rúa. Muerto el proyecto de desminado después del Argentinazo, Kirchner lo resucitó en el 2006. Los ingleses, siendo quienes ejercen la soberanía de hecho mediante su ocupación militar colonialista, son los únicos interesados en el desminado. A pesar de ello fue Argentina quien pagó el 90% de los estudios necesarios (de acuerdo a la versión inglesa).
Son abogados ingleses los que representan a la Argentina en la disputa con las pasteras europeas.
Se toleran viajes desde las Malvinas al continente (como el del Endurence y otros) y a puertos sudamericanos, para facilitar el aprovisionamiento de los usurpadores que tienen desplegada una base de la OTAN, con armamento de todo tipo, listos para agredirnos o colaborar con la agresión a cualquier otro país de América Latina. Se habla de viajes desde nuestro territorio a Malvinas.
Seguimos siendo socios extra OTAN.
Es más, este gobierno y anteriores conocían las intenciones inglesas de reclamar la soberanía de la plataforma continental hasta las 350 millas ya que en la pagina de Internet de la Comisión Nacional del Límite Exterior de la Plataforma Continental figura un informe oficial donde consta que hubo reuniones y canje de notas con los ingleses en el 2001, y dice: “También se han efectuado sesiones de trabajo con representantes del Reino Unido, para intercambiar puntos de vista en relación con la coordinación entre los dos Gobiernos de las actividades preparatorias de sus respectivas presentaciones ante la Comisión de Límites de la Plataforma Continental”.
Hay un total estado de indefensión en el área en cuestión. Estamos incapacitados para defender nuestros mares y nuestros cielos por la absoluta carencia de material para la defensa nacional. El gobierno kirchnerista, no ha procedido, en sus dos turnos, a tomar ninguna medida al respecto.
Se advirtió durante años sobre las consecuencias de la incorporación de nuestros territorios y mares y el Sector Antártico como de soberanía británica en la Constitución de la Unión Europea y las advertencias no fueron escuchadas.
Siendo la propia Gran Bretaña la que viola los pactos que la benefician, como el Acuerdo de Madrid que impone en teoría un “paraguas” de soberanía, el gobierno se niega a denunciar ese Acuerdo a pesar del reclamo de soberanía de 350 millas de nuestro mar a partir de las costas de nuestras Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y de nuestro Sector Antártico. El Reino Unido de Gran Bretaña impuso un paraguas de soberanía para luego violarlo reclamando soberanía sobre esos territorios. La diplomacia kirchnerista se aferra al cumplimiento de tratados leoninos, mientras que la inglesa los viola cada vez que le conviene. Lo que corresponde a una nación soberana es denunciar que, a partir de esas reiteradas violaciones inglesas, los tratados han quedado nulos.
Estos ejemplos demuestran la esencia de la política de los Kirchner para la cuestión Malvinas. Su silencio ante el peligro de perder definitivamente 3.000.000 de km2 es claro y ejemplar.
Referencias bibliográficas.
1. Declaración de la Mesa de trabajo por la soberanía en Malvinas, Georgias del Sur, Sándwich del Sur, Antártida, y por el relevamiento efectivo de nuestras 350 millas. 2007.
2. Pacheco, Santiago. La guerra de Malvinas. Editorial Ágora. 2001.
3. La Cuestión Malvinas. Una realidad vigente. Foro Patriótico y Popular. 2007.
4. Lenin, V.I. Los principios del socialismo y la guerra de 1914-1915. Ed. Lenguas Extranjeras. Beijing. 1976.
5. Las Malvinas y la Constitución de la Unión Europea. Declaración. 2007.
6. Lenin, V.I. El imperialismo etapa superior del capitalismo. Editorial Ateneo.1974.
7. Ley 23.968. 1992.
8. INTERNET.Wikipedia. http://es.wikipedia.org/w/
9. Dr. Camilo Rodríguez Berrutti. “Estoppel: Adverar el obrar internacional del Estado”, La Ley, T. 1986-E, Secc. Doctrina, pág. 876/880.)
10. Declaración del Foro Patriótico y Popular. El Derecho del Mar y el Estoppel. 2008.
11. Silenzi de Stagni, Adolfo. Las Malvinas y el petróleo. Volumen 2. Pág. Distribuidora y editora Teoría S.R.L.. Buenos Aires. 1983.